Con motivo de la concesión de la Palma de Oro de Cannes a El árbol de la vida, la última cinta de Terrence Malick, Vida en sombras dedica su cult movie al segundo largometraje del director norteamericano, Días del cielo. El filme tuvo una larga gestación y decepcionó en taquilla, aunque gustó a la crítica del momento. La película consiguió el premio al mejor director en el Festival de Cannes y se alzó con un Óscar a la mejor fotografía, obra de Néstor Almendros.

¿De qué va Días del Cielo?

Bill y Abby son una joven pareja que vive en el Chicago de la segunda década del siglo XX. En busca de una oportunidad de mejorar, los dos jóvenes se marchan junto a Linda, la hermana de Bill, a Texas, donde trabajarán recogiendo cereal en una granja. Allí, el patrón se quedará prendado de Abby, a la que pedirá que permanezca en su propiedad después de la siega. Ella accede, aunque poniendo una condición: que se queden con ella Linda y Bill, a los que el granjero considera como hermanos de la joven. Poco después, llevado por la atracción que siente por la chica, el dueño de la plantación terminará casándose con Abby. Sin embargo, pronto surgirán los celos en el marido. La demasiado íntima relación de su mujer con Bill levantará las sospechas del esposo sobre el verdadero vínculo que une a los supuestos hermanos. La tensión llega a ser tal que Bill decide marcharse durante un tiempo. Sin embargo, a su regreso, la tirantez entre ambos vuelve a avivarse. Después de un incendio en la plantación, el granjero intentará asesinar a Bill. Sin embargo, tras una lucha entre ambos, el dueño de la finca será el que perderá la vida. A partir de ese momento, Bill, Abby y Linda emprenderán su huida por Estados Unidos.

El director

Terrence Malick dirigía su segundo filme con Días del cielo. Graduado en Filosofía por las Universidades de Oxford y Harvard, periodista freelance y guionista de títulos como Drive, He said (Jack Nicholson, 1971), Deadhead Miles (Vernon Zimmerman, 1972) y Los indeseables (Pocket Money, Stuart Rosenberg, 1972), Malick dirigió su ópera prima como director, Malas tierras, en 1973. El gran éxito crítico de la cinta, una road movie que seguía los pasos de una pareja de criminales en su huida por Estados Unidos, le permitió rodar Días del cielo, un largometraje de laborioso rodaje y que le llevaría dos años montar.

Referencias bíblicas

El título del filme está inspirado en el capítulo 11, versículo 21 del Deuteronomio”: “Así, mientras haya cielo sobre la Tierra, durarán tus días y los de tus hijos en el suelo que el Señor juró dar a tus padres”. No es la única referencia bíblica de la película. La voz en off de Linda, la hermana de Bill, también ahonda en el sentido religioso al informarnos, durante los primeros minutos del filme, que, según un comentario que le han hecho un hombre, la Tierra se convertirá en un pequeño infierno. Hacia el final de la cinta, la joven reincidirá en las referencias cristianas al señalar que las personas somos una mezcla de ángeles y demonios.

En este sentido, la invasión de langostas que sufre la granja es una alusión bíblica a una de las grandes plagas que Jehová mandó a los egipcios. No menos curioso resulta la manera en la que Malick visualiza el incendio que termina con la cosecha de grano y los insectos: la granja del esposo de Abby se transforma de lugar paradisíaco en un sitio casi infernal, donde el propietario del terreno pasa de ser ángel a demonio. El realizador y guionista quiere mostrarnos de esta manera que el Cielo y el Infierno conviven en el mundo terrenal.

Desigual trabajo interpretativo

No obstante, Malick tampoco olvida que nos encontramos ante un melodrama con la clásica batalla de dos hombres por el amor de una mujer. Lo que quizá despiste en este aspecto es el desapasionado trabajo con los intérpretes que lleva a cabo el director americano. Richard Gere, como el iracundo Bill, da rienda suelta a su habitual catálogo de gestos, mientras que Brooke Adams, en el papel de Abby, y Linda Manz, encarnando a Linda, parecen algo perdidas en sus papeles. Sólo Sam Sephard, en la piel del granjero, consigue dotar de verdadera alma a ese personaje sensible, débil y arrebatado por los celos. Sin duda, la extraña y casi inexistente dirección de actores resulta ser el aspecto menos logrado del filme.

Fotografía y referencias visuales

Malick desarrolla en Días del cielo el que se ha convertido en el tema favorito de su carrera: la belleza de la naturaleza frente a la maldad del hombre. Quizá esta sea la razón por la que los escenarios naturales del largometraje están filmados con exquisita belleza plástica. El realizador y su director de fotografía, Néstor Almendros, rodaron gran parte de la cinta en lo que se denomina la hora mágica, ese momento entre la noche y el día que da lugar a los amaneceres y atardeceres. Para ello se utilizó por primera vez en el cine un negativo Eastman de alta sensibilidad a la luz que permitía rodar bajo este tipo de circunstancias.

El resultado es un largometraje de una grandísima belleza plástica que capta esa perfecta sensación de paraíso sobre la Tierra que el director quiere plasmar en aquellos pasajes donde sus personajes parecen vivir felices. Estas imágenes contrastan con las del verdadero infierno en el que se convierte la granja al incendiarse.

Dentro de este rico mundo visual de la cinta, el director, con la ayuda de su director de fotografía, no se priva de realizar algunos homenajes al mundo de la pintura. El hogar del granjero es casi una copia del edificio que se encuentra en Casa junto a vías del tren, obra de Edward Hopper, mientras que las secuencias del trabajo de los segadores parecen influidas por pinturas como Los picapedreros (Courbet), El Ángelus (Millet) y La lavandera (Daumier). Un aspecto éste, el de la utilización de la luz y las influencias pictóricas del filme, que ha sido abordado en profundidad por Pilar Rojo Alique en su artículo Néstor Almendros y Días del cielo (1978): la fotografía del iluminador que no iluminaba, publicado en el número 8 de la revista Área Abierta (Mayo 2004).

Todo ello convierte el filme en una verdadera experiencia visual que antepone la imagen a los diálogos. En este sentido, Malick sacrifica parte de la dimensión narrativa del filme a favor de cierto preciosismo.

No obstante, Días del cielo es una cinta única y arrebatadora que ha conservado toda la magia desde su estreno en 1978. En aquella época, la crítica la saludó como una de las grandes obras de su tiempo, aunque fuera un rotundo fracaso en taquilla.

Recepción crítica

El filme se alzó con el premio al mejor director en el Festival de Cannes de 1979. El largometraje también recibió nominaciones a los Oscars en las categorías de mejor diseño de vestuario (Patricia Norris), banda sonora original (Ennio Morricone), sonido (John Wilkinson, Robert W. Glass Jr., John T. Reitz, Barry Thomas) y fotografía (Néstor Almendros), aunque sólo consiguió la estatuilla por esta última candidatura. En los Globos de Oro, la película opto a dos premios, director y película, aunque no se llevó finalmente ninguno.

En 2007, Días del cielo fue seleccionada por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos para ser preservada por el United States National Film Registry, al ser considerada como “cultural, histórica y estéticamente significativa”.

Dias del cielo es un punto y aparte en la obra de Terrence Malick. El realizador se retiraría de la dirección cinematográfica tras acabar la película. Un silencio que rompería dos décadas más tarde con la producción bélica La delgada línea roja (The Thin Red Line, 1998). A ella le seguirían El nuevo mundo (The New World, 2005) y El árbol de la vida (The Tree of Life, 2011).

3 respuestas a “Días del cielo (1978)”

  1. Me gusta mucho esa película pero la fotografía no es normal, cada vez que la recuerdo no pienso en otra cosa. Es como si se quedara pegada a la retina. Me pasa lo mismo con El Espíritu de la Colmena, aunque esta tenga los ojos de Ana Torrent. ¡Qué grande Néstor Almendros!

    1. Sí, además hay que tener en cuenta que esta película la hizo cuando empezaba a tener problemas de visión. !Muy grande!

  2. Una mirada acertadísima. Gran análisis. Tengo muchas ganas de ver ‘El árbol de la vida’, y creo que esta semana revisitaré ‘Malas tierras’.

    Seguiré tu blog con interés.

    Un saludo!!

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