Los directores Kevin Macdonald y Sam Rice-Edwards nos regalan en John & Yoko: One to one un espléndido documental que va más allá de reflejar los primeros años setenta en EE.UU del ex-beatle y la artista vanguardista para sumergirnos en una época donde la contracultura, que tenía como uno de sus máximos símbolos a la popular pareja, se enfrentaba al más rancio conservadurismo, representado por el republicano Richard Nixon.
Lo hacen mezclando imágenes de archivo del mítico dúo, el político y anuncios de televisión, tomando como excusa que John y Yoko se pasaban gran parte del tiempo de su estancia en un piso de Greenwich Village viendo la pequeña pantalla.
La recreación de aquel mítico lugar junto a una labor impresionante de montaje que ensambla imágenes de informativos, momentos del mítico concierto de Lennon en Nueva York y otras grabaciones más íntimas sirven para reflejar perfectamente los avatares de la pareja durante unos pocos años, la política norteamericana y la sociedad de consumo estadounidense. La guerra de Vietnam, el caso Watergate y las luchas sociales se convierten en temas fundamentales de un documental que muestra la implicación política de dos artistas que aplicaban sus convicciones a su vida personal.
McDonald, famoso por películas de ficción como El último rey de Escocia o The Samaritan, pone de manifiesto su habilidad para los retratos pop como dejara patente en documentales como Whitney y Marley, aunque en esta ocasión va más allá del musical para adentrarse en la descripción política y social de una época y un país. Por su parte, Sam Rice-Edwards, que aquí aparece como coautor del filme, deja patente su talento como editor al confeccionar un fantástico documental casi con la única ayuda de un magistral montaje y sin la ayuda del habitual narrador.





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